El ranking Ease Of Doing Business (facilidad para emprender y hacer negocios) del Banco Mundial, es anual y actualmente incluye a 183 países.
Considera toda una serie de variables clave para crear empresas y negocios y sostenerlos, y finalmente ordena de mejor a peor los países del mundo que componen el ranking.
Cómo no, y como siempre, EE.UU., Reino Unido, Irlanda, Dinamarca, Hong Kong, Canadá, Australia, etc. están de los primeros. Y cómo no, España está por allá, bien a lo lejos.
España está en la posición 62 del ranking (en el de 2009; porque en 2010 estará aún peor posicionada según los avances del ranking), muy por detrás de "potencias" como Estonia, Lituania, Latvia, Sta. Lucía (sic), Colombia, Azerbayán, Chipre, Armenia, Portugal, Botswana, Taiwán, Hungría, Tonga, Esolovenia, Fiji, Rumanía, Perú, Samoa, Mongolia, etc. Y bueno, compartiendo posición con Kazajistán, Omán, Namibia, Ruanda... ¡aún demos gracias que no estamos en guerra!
http://www.doingbusiness.org/economyrankings/
¡Toma ya!
España, una, grande, y lib... li-¿qué?
Una, grande, y... socialista.
Una, grande, y... sindicalista.
Una, grande, e... intervencionista.
Una, grande, y... muy mentirosa, ¿eh?
Una, grande, y... expoliadora de sus ciudadanos más eficaces.
•Una, más o menos.
•Grande... no son más que delirios de grandeza. España nunca fue grande vista desde fuera. No es más que un rincón de la Pangea Europea, lindando con África, que hay muchos que ni saben dónde está, y que lucha ferozmente por mantenerse de una pieza, salir de la amargura colectiva, y con una población de nuevos ricos que intenta fingir saber vivir como europeos, y digerir y conciliar un montón de sentimientos aún contradictorios heredados de las épocas comunistas de Europa, como la mentira, la censura, la envidia, la injusticia, la doble moral y el desprecio al prójimo.
•Y lo de libre... enga hombre, no seamos ridículos.
7 oct 2009
El emprendedor 'low cost'
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El término low cost hace referencia a esta nueva y pragmática ola económico-empresarial que consiste en proporcionar a sus clientes el producto nudo y carente de todo lujo, aditivo y comodidad añadida, incluso a veces con cierto trabajo y aporte por parte del cliente, recortes y sacrificios que se aceptan en un marco concreto, a cambio de una política radical de reducción de costes de la empresa en todas sus áreas, tal que se refleje claramente en un precio lo más ajustado posible al coste de producción.
Dicho de otra forma: más barato.
Ha sido un concepto y enfoque revolucionario. Especialmente viene a la cabeza en este sentido Ikea, EasyJet, McDonald's, por ejemplo. Muebles, viajes en avión, restaurantes.
En Ikea te lo montas tú. En EasyJet poco menos que trasladan tu cuerpo de un punto a otro y se acabó. En McDonald's esperas tu comida de pie y te la llevas tú a la mesa, con cubiertos desechables y te lo recoges tú.
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Con el uso masivo de Internet, han proliferado las propuestas low cost, ya que Internet era una buena plataforma de comunicación e interacción para reducir costes (bancos, agencias viajes, etc.).
Surge la figura del empresario creador de proyectos empresariales low-cost, a quien considero emprendedor normal o empresario normal. No confundir por tanto a éste con el emprendedor low cost.
Pero aparte está surgiendo en esta época igualmente el emprendedor low cost.
El emprendedor low cost es aquel que emprende a bajo coste. A coste tan bajo, que normalmente no necesita ni un duro. A veces el único coste es su propia manutención, con lo cual si está viviendo con sus padres (un informático, por ejemplo), es un coste que pasa prácticamente desapercibido.
Muchos de ellos pasan años "emprendiendo", sin tener realmente la sensación o percepción de estar siendo emprendedores todo ese tiempo.
Internet, la creación de páginas web, el lenguaje html intuitivo y simple basado en etiquetas y no en código de programación, hace que prácticamente cualquiera pueda plasmar una idea en internet. Un dominio cuesta 7€/año (http://www.estoesundominio.com/, por ejemplo). Y el hosting (la memoria en un servidor para que te aguante la web aunque tú apagues tu ordenador), cuesta algo más, unos 7€/mes. En cualquier caso, es razonablemente asumible por cualquier persona con sueños y deseos de elevados retornos dinerarios futuros por éxito económico-empresarial o de una idea afortunada.
Es decir, no tiene nada que ver con que si quieres ser emprendedor, tienes que alquilar un inmueble, hacer un plan de negocio, tras haber ahorrado algo, conseguir financiación (bua! la bendita financiación), decorar, equipar, amueblar, instalaciones, publicidad, patatín-patatán... blabla. El rollo mecánico de siempre que era antiguamente, hace sólo 10-15 años, por ejemplo, que empezó a añadirse todo este pack de planes de negocio de "capital riesgo" relacionados con las punto-com, y que ahora, pasada la euforia, consiste en simplemente treintañeros en sus casas o casas de sus padres, todo el día enchufados al ordenador, poniendo ahí en marcha y sometiendo al test de la realidad su ocurrencia.
El emprendedor low cost, no es un término que acuñe en sentido peyorativo. En absoluto. Simplemente me parece, por un lado resaltable que el low cost ha llegado no sólo a bienes y servicios, sino incluso al emprendedurismo, poniéndolo así al alcance de la total masa. El que no emprende es porque no le da la gana. Está claro. Por otro lado, me parece una subdivisión de los emprendedores interesante y útil, entre aquellos con desembolsos dinerarios y/o financiación iniciales abriendo un espacio físico de producción o al público, y los que diseñan un espacio virtual con su propio tiempo y conocimiento, sin ningún desembolso adicional, salvo muy al futuro si la idea realmente prospera y ella misma solicita inversiones adicionales para adecuarse a la demanda.
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El término low cost hace referencia a esta nueva y pragmática ola económico-empresarial que consiste en proporcionar a sus clientes el producto nudo y carente de todo lujo, aditivo y comodidad añadida, incluso a veces con cierto trabajo y aporte por parte del cliente, recortes y sacrificios que se aceptan en un marco concreto, a cambio de una política radical de reducción de costes de la empresa en todas sus áreas, tal que se refleje claramente en un precio lo más ajustado posible al coste de producción.Dicho de otra forma: más barato.
Ha sido un concepto y enfoque revolucionario. Especialmente viene a la cabeza en este sentido Ikea, EasyJet, McDonald's, por ejemplo. Muebles, viajes en avión, restaurantes.
En Ikea te lo montas tú. En EasyJet poco menos que trasladan tu cuerpo de un punto a otro y se acabó. En McDonald's esperas tu comida de pie y te la llevas tú a la mesa, con cubiertos desechables y te lo recoges tú.
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Con el uso masivo de Internet, han proliferado las propuestas low cost, ya que Internet era una buena plataforma de comunicación e interacción para reducir costes (bancos, agencias viajes, etc.).
Surge la figura del empresario creador de proyectos empresariales low-cost, a quien considero emprendedor normal o empresario normal. No confundir por tanto a éste con el emprendedor low cost.
Pero aparte está surgiendo en esta época igualmente el emprendedor low cost.
El emprendedor low cost es aquel que emprende a bajo coste. A coste tan bajo, que normalmente no necesita ni un duro. A veces el único coste es su propia manutención, con lo cual si está viviendo con sus padres (un informático, por ejemplo), es un coste que pasa prácticamente desapercibido.
Muchos de ellos pasan años "emprendiendo", sin tener realmente la sensación o percepción de estar siendo emprendedores todo ese tiempo.
Internet, la creación de páginas web, el lenguaje html intuitivo y simple basado en etiquetas y no en código de programación, hace que prácticamente cualquiera pueda plasmar una idea en internet. Un dominio cuesta 7€/año (http://www.estoesundominio.com/, por ejemplo). Y el hosting (la memoria en un servidor para que te aguante la web aunque tú apagues tu ordenador), cuesta algo más, unos 7€/mes. En cualquier caso, es razonablemente asumible por cualquier persona con sueños y deseos de elevados retornos dinerarios futuros por éxito económico-empresarial o de una idea afortunada.
Es decir, no tiene nada que ver con que si quieres ser emprendedor, tienes que alquilar un inmueble, hacer un plan de negocio, tras haber ahorrado algo, conseguir financiación (bua! la bendita financiación), decorar, equipar, amueblar, instalaciones, publicidad, patatín-patatán... blabla. El rollo mecánico de siempre que era antiguamente, hace sólo 10-15 años, por ejemplo, que empezó a añadirse todo este pack de planes de negocio de "capital riesgo" relacionados con las punto-com, y que ahora, pasada la euforia, consiste en simplemente treintañeros en sus casas o casas de sus padres, todo el día enchufados al ordenador, poniendo ahí en marcha y sometiendo al test de la realidad su ocurrencia.
El emprendedor low cost, no es un término que acuñe en sentido peyorativo. En absoluto. Simplemente me parece, por un lado resaltable que el low cost ha llegado no sólo a bienes y servicios, sino incluso al emprendedurismo, poniéndolo así al alcance de la total masa. El que no emprende es porque no le da la gana. Está claro. Por otro lado, me parece una subdivisión de los emprendedores interesante y útil, entre aquellos con desembolsos dinerarios y/o financiación iniciales abriendo un espacio físico de producción o al público, y los que diseñan un espacio virtual con su propio tiempo y conocimiento, sin ningún desembolso adicional, salvo muy al futuro si la idea realmente prospera y ella misma solicita inversiones adicionales para adecuarse a la demanda.
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