17 sept 2009

"Madrid emprende" (III). ¿Es cierto el eslogan?

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Madrid (sus administraciones, su forma de legislar y aplicar las normas, y el ambiente y cultura de su población) desprecia al emprendedor, en términos amplios y generales.

Madrid es un buen territorio para:
funcionarios (asalariados "sin jefe", y con un nivel de privilegios que casi confunde su trabajo con un subsidio por desempleo crónico o con una invalidez permanente, siendo prácticamente la antesala de ésta)
•para políticos (otra raza de funcionarios, igualmente)
•y grandes multinacionales, en las que:
-sus empleados, sin contacto en absoluto con el interés de la propiedad ni del gestor (dueños), y siendo uno más entre cientos o miles, adquieren características prácticamente idénticas a las del funcionario.
-sus dueños, son figuras repartidas, desconocidas, y divididas en porcentajes, a veces milésimos, o millonésimos como en el caso de empresas cotizadas en bolsa, deslocalizados y posiblemente ni están en Madrid y quizás ni en España (para algo son multi-nacionales), así que no procede considerarlos.
-su órgano administrador (los CEO) tienen tal cantidad de personas a su cargo (están en la punta de la pirámide de la organización), así como tal amplitud de mercado en su dominio, así como unas relaciones de tanto poder y generadoras de tanto valor (o pérdida), que en la práctica adquieren características prácticamente idénticas a las de un político, donde lo que cultivan son más bien las relaciones, los acuerdos y las políticas.

¿Vemos por qué esta forma de "empresa" -la gran empresa o multi-nacional- tiene adaptación en una comunidad y un entorno como Madrid?
Seamos razonables. No son proyectos. Nadie está emprendiendo nada. Son enormes maquinarias de aprovisionar un mercado, en manos de particulares y no del Estado. Pero dentro de las organizaciones en manos de particulares; es decir, PRIVADAS, hay infinidad de formas. Desde la semilla empresarial del emprendedor en estado puro, germen de iniciativa empresarial, la que requiere realmente un entorno favorecedor sin palabrería ni pamplinas, sino con resultados reales. Hasta la macro-mole multi-nacional, que en algunos casos tienen tamaños mayores que pequeños países, y que hay países que se gestionan como ellas o ellas como países. Como os imagináis, no tienen nada que ver.
En Madrid, las "macro-moles", también tienen perfecta cabida y encaje.


Nota: al hacer esta alusión a las gigantes empresas y multinacionales desde esta perspectiva, y resaltando esta connotación funcionarios-políticos, aunque pudiera esto tener un tono involuntario de reproche, no es en absoluto mi intención como autor, que soy totalmente consciente de la conveniencia de una actividad productiva en manos privadas y no en manos de funcionarios de un Estado. Pero considero de fundamental importancia recalcar que, aunque a día de hoy ambas entren en la definición de 'empresa', la Coca-Cola (p.ej., y sin la más mínima animadversión hacia ésta) y un embrión de empresa punto-com (por poner un ejemplo), NO TIENEN NADA QUE VER, más que el estar en manos privadas.
•La primera es prácticamente una institución, con un funcionamiento muy estable basado en una gestión similar a la de un Estado.
•La segunda es germen puro de emprendedores. Se alimenta de creatividad, muchísima motivación, espíritu emprendedor, iniciativa, experimentación, riesgo, aventura, puesta en marcha, etc. La gestión de esta start-up, como el lector comprenderá, nada tiene que ver con la de un EStado.
¿Tiene la gestión de la multinacional consolidada alguna de estas características del ejemplo de la punto-com? No, ¿verdad?
Y quien dice una punto-com dice una guardería de niños, un criadero de pollos, un servicio de telemárketing, una panadería, una licencia de taxi, un bar (temático o no), etc.
Son conceptos totalmente diferentes, ¿verdad?



El tamaño de inversión cero (el asalariado), y sub-cero si puede ser (el funcionario), está de maravilla en Madrid. Recomendado.
Y el tamaño de inversión cien (la multi-nacional) y su entorno (casi cien), también están de maravilla en Madrid. Son moles con demasiado poder, y en Madrid si a algo se rinden es al postín, a las apariencias, al 'qué dirán'. No importa la eficacia o los resultados reales. Importa el 'qué dirán', lo que parezca, o cómo quede.

Pero todos los tamaños intermedios de inversión, de 1 a bastante menos de 100 (siguiendo nuestra escala), que son desde el autónomo, profesional independiente, freelance, comerciante, emprendedor,... hasta la empresa familiar y la Pyme, todos estos que componen todo el rango intermedio y son el tejido económico y motor real de la riqueza del país (porque con sólo con coca-colas, gasolina Repsol, y funcionarios no funcional el país) están machacados, maltratados y oprimidos en Madrid.


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