26 sept 2009

El 4º factor económico. El factor robado.

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Los factores económicos de una economía (es decir, de un país) son clásicamente tres: tierra, trabajo y capital.

¿Qué quiere decir esto tan escueto y abstracto a la vez?
Que cuanto más de los 3 y de cualquiera de ellos tenga un país, una economía, más riqueza tendrá. Más riqueza es más cantidad de bienes y servicios, o mejores. Más calidad de vida. Mejor estará en total su población.

Tierra es la tierra y todos su recursos bajo ella. Trabajo es el trabajo de las personas. Capital es el conjunto de equipos y herramientas (no es capital financiero o dinero, ¿ok?, no confundir).

Si cogemos 2 países con igual cantidad de tierra, la tierra de ambos tiene además los mismos recursos bajo ella (minería, etc.), y con igual capital ambos países, pero el país A tiene el doble de trabajo que el B (pongamos, porque en el A trabajan 40 hrs./sem., y en el B 20), la riqueza del país A será mucho mayor (no necesariamente el doble, por otra serie de leyes económicas que no vienen al caso).

A igualdad de tierra y trabajo, con el doble de capital se conseguira una mayor productividad -y riqueza del país, por tanto-(siempre se rinde más y mejor si se está bien equipado y mecanizado).

A igualdad de trabajo y capital, siempre habrá más riqueza final y facilidad de alcanzarla con el doble de tierra.

Se entiende, ¿no?


Bien, pues la ciencia económica moderna entiende que existe un cuarto factor económico. ¿Adivinas cuál?


La capacidad emprendedora.



También se le llama a este factor: organización o habilidad empresarial. Pero a mí personalmente no me parece correcta del todo esa definición, y me parece que se ajusta perfectamente la de 'capacidad emprendedora'.

Se considera a día de hoy que, en sí mismo, el espíritu emprendedor y la capacidad emprendedora, así como la mentalidad emprendedora de un país (el gran ejemplo es, cómo no, EE.UU.), genera riqueza en sí mismo, a igualdad del resto de recursos.

Es decir, en 2 países con idéntica cantidad y contenido de tierra, idéntica fuerza de trabajo, e idéntico capital (ejemplo hipotético), si uno tiene una espectacular mentalidad emprendedora, espíritu e inciativa empresarial ejemplar, etc., y el otro no, las diferencias de riqueza entre uno y otro serán abismales.


En una social democracia como España y el oeste de Europa en general, este 4º factor económico es literalmente expoliado al emprendedor.

La sociedad le necesita. La economía le necesita. Como agua de mayo. De ahí campañas tan lamentables como la del Ayto. de Madrid: "¡Para la crisis! Crea una empresa".

Pero una vez la crees, la enorme riqueza generada mediante el acto emprendedor (la capitalización de la ilusión, de la motivación inicial, de la investigación, del riesgo, la explosión de energía y sacrificio inicial -aunque sarna con gusto no pique, pero el valor se genera igual-, etc.) te la roban, y lo único que queda es tu capital aportado (ahora sí, el financiero), tu dinero, desnudamente arriesgado y desprotegido ante el gesto cínico de tus conciudadanos y resto de miembros de tu comunidad. Posiblemente sea una hipoteca incluso, más los ahorros de toda la vida, ahí al aire sometida a los libérrimos, salvajes y abiertamente ensañados embistes de administraciones, sindicatos, y público en general. ¡Eres empresario! ¡Se supone que estás forrao! Por tanto, ¡das asco! (... ¿o será envidia porque yo también me gustaría...? no sé, no me aclaro, pero lo de los demás siempre parece mejor, y la corriente está socialistoide actual de que el empresario es un cabrón me viene al pelo).

Welcome to Spain, investors.


¡Para la crisis! Crea una empresa. (Pero la letra pequeña, ni la ponen).


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